Al comprarme mi padre el primer PC (un monstruo digno de
cualquier película de ciencia-ficción de los 50) me dio la opción de comprar también
algunos juegos, en mis manos tuve el Pirates, el cual deseché. En su lugar
escogí otro, con una portada quizá menos atractiva y con un nombre que sonaba a
flatulencia china. No sabía la razón pero me llamaba poderosamente la
atención. Jamás me arrepentí de mi
elección.
A veces, ante decisiones difíciles, la mejor opción es
cerrar los ojos, juntar los trocitos de inocencia que nos haya quedado, apelar
a ella, renegar de envoltorios bonitos y doctas recomendaciones, un impulso,
una corazonada, ante ello no hay error posible.
Han pasado los años y aún conservo la caja, un poco
machacada pero firme, mientras escribo esto la miro y entiendo, aquella tarde
fuiste tú quien me elegiste a mí…
Mi copia del juego con todos sus "habíos" |
Loom es una aventura gráfica traída de la mano de esa
fábrica de sueños llamada LucasFilm Games (Lucasarts). De sencillo manejo, el
juego no nos abrumaba con extensos inventarios o con largas listas de comandos
(como si hizo anteriormente con Maniac Mansion), de esta manera el jugador
podía centrarse en lo verdaderamente hacía grande al juego: su bellísima
historia.
Bobbin Threadbare, joven integrante el misterioso gremio de
los tejedores, heredero del pecado de su madre, Lady Cygna, cuya única falta
fue desearle hace diecisiete largos años. Bobbin, el hijo del telar, será lo
único que se oponga a una terrible conspiración que amenaza con hacer temblar
los mismos cimientos de la realidad y cambiar este mundo para siempre.
Tejedores célebres |
Otro aspecto realmente destacable era el sonoro, la historia
se amoldaba perfectamente a su banda sonora, y digo bien, se trataba de nada
más y nada menos que de “El lago de los cisnes” de Tchaikovski, y no era casualidad
que la madre de nuestro protagonista, Cygna (cisne) visitara a Bobbin todos sus
cumpleaños transformada en éste ave, ya que los tejedores adoptaban esta forma
al alcanzar la trascendencia. O que casi al final del juego pudiésemos visitar
el mismísimo lago. Además de lo dicho, nuestro joven tejedor se valía de un
bastón mágico para realizar hechizos, los cuales consistían en distintas
combinaciones de notas musicales, las cuales debíamos ir recordando y
reproduciendo para obtener el efecto deseado o bien el contrario si las
tocábamos a la inversa.
La historia tampoco carecía de momentos cómicos, como ver a
Bobbin volar por los aires al intentar cruzar un tornado “a las bravas” (en el
juego no podíamos morir), o nuestras tribulaciones al tratar con un dragón
mojinancho al que entre una cosa y otra le vamos haciendo la vida imposible.
Si
tenéis algo de tiempo dadle una oportunidad, es un juego que no tiene edad,
podéis disfrutarlo tanto vosotros como vuestros hijos, sobrinitos, nietos o
vecinito pesado de familia monoparental. Llenareis una tarde con un poco de
fantasía, que con los tiempos que corren no viene pero que nada mal.
Curiosidades
-
Originalmente se tenía pensado que formara parte
de una trilogía, centrándose cada episodio en un gremio concreto, la segunda
parte iba a titularse “forge” (forja)
-
En cierto momento, un personaje llamado Cob nos
libera de una jaula en la que estamos atrapados a cambio de que Bobbin le
muestre la cara (los tejedores ocultan su rostro, pues según cuenta la leyenda
todo aquel que les vea morirá. La escena completa solo puede verse si jugamos
en el nivel difícil.
-
Cob volverá a aparecer en la taberna Scum de
Monkey Island disfrazado de pirata y haciendo publicidad de Loom, así como la
gaviota que nos incordia casi al principio del juego.
Hubo una segunda versión en CD, con 256 colores en
lugar de los 16 originales y con voces, actualmente se puede adquirir en SteamPuedes descargártelo AQUÍ
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