Siempre que tenía la ocasión de visitar con mis padres
ciertos grandes almacenes me quedaba embobado mirando una tele gigantesca con
una demo del Karate Champ.
Tuve que patalear mucho y montar un numerito, el chantaje
emocional era el único recurso que teníamos los pre-pubertosos ochenteros de
clase media, pero al final fue mía, mi padre me compró aquella consola. Con
ella me permitió elegir un juego (y vas que te matas chaval), el Altered Beast
con el que por fin pude decir con propiedad aquella frase que todos repetíamos
ante cualquier conversión cutre que sacaban para nuestros limitados ordenadores
de ocho bits… “es igual que la máquina!”
La hija de Zeus ha sido raptada, y el contrato de héroe es
indefinido, pero indefinido de verdad, así que aquí tenemos a nuestro prota
convertido en un no-muerto bastante cabreado, aunque pensándolo bien podría ser
peor, podría haberse despertado en mitad del cementerio con unos canzoncillos
de corazoncitos y barba de tres semanas…
Altered beast era un derroche de imaginación, desde el
minuto 1 lo dejaba bien claro: hordas de zombis desmembrados, cerberos
bicéfalos albinos, cocatrices o serpientes gigantes se empeñaban en hacernos
morder el polvo.
Afortunadamente no estábamos indefensos, los dioses nos
habían otorgado el poder de metamorfosearnos (vaya palabreja) en poderosas
criaturas, hombre-lobo, hombre-dragón, hombre-oso, hombre-tigre y
hombre-gimnasio, no sin antes darle una buena patada al husky blanco de dos
cabezas para que soltara el ansiado power-up.
La entrañable montaña de basura de los fraggel en una de sus mejores interpretaciones |
Cada una de las fases se iba prolongando hasta que
lográsemos transformarnos, momento en el cual el malvado Dios de los calvos se
transformaba a su vez en uno de los inolvidables monstruos de final de fase,
como la terrible montaña de caca que nos arrojaba sus cabezas o el mil-ojos de
crema de la segunda fase, que hacía lo propio con sus globos oculares, muy
educativo todo.
En definitiva, un título representativo de la época dorada
de SEGA, que conserva la misma jugabilidad del primer día, que me hizo desear
llegar a casa para ponerme a jugar y que dejó una indeleble huella allá donde
se guardan los recuerdos que merecen la pena, no en la cabeza, sino en un
rinconcito del corazón, un rincón oscuro y algo peludo…
Tranquila que estoy vacunao |
Curiosidades
- Una de las bestias de la segunda fase aparecería como
montura en el juego Golden Axe
- Tuvo dos
secuelas, Project Altered beast y Guardian of the Realms, para ps2 y gameboy
- Puedes descargártelo AQUÍ.
- Puedes descargártelo AQUÍ.
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